Raja-Yoga

patanjali

Patanjali, autor del Yoga Sutra, el más conocido tratado sobre Raja-Yoga

¿Qué es el Yoga? Pincha aquí.

El Raja-Yoga es una de las sendas más importantes de ese camino espiritual milenario que llamamos Yoga. Su principal objetivo es conseguir la ardua tarea de controlar la mente y por ello es considerado como el Yoga mental, o también, el Yoga de los 8 pasos, que más tarde definiremos. Esta senda yóguica busca dominar la mente para no permitir que sigamos siendo esclavos a su merced, a través de sus pensamientos nocivos o repetitivos, estados psicomentales que nos producen sufrimiento y nos alejan de nuestra paz interior. Controlando la mente nos abrimos paso hacia el conocimiento de nosotros mismos, a nuestra verdadera esencia, y así conectamos con nuestro Yo Superior y permitimos su realización. Para llegar a dominar la mente, es indispensable primero llegar a controlar el prana a través de la respiración. El prana es la energía o fuerza vital que habita en el Universo, y por supuesto también en el ser humano, y que además se subdivide en dos corrientes energéticas que lo rigen, una ascendente o positiva y otra descendente o negativa.

El Raja-Yoga es conocido como el yoga de los 8 pasos o peldaños, que consisten en la práctica gradual y persistente de una serie de disciplinas que buscan el desapego hacia lo externo. De esta manera, el cuerpo y la mente pasarían a ser sólo meros instrumentos para contactar con nuestro Ser interior. Este proceso de evolución espiritual consta de las siguientes fases:

-Yamas o restricciones. Buscamos la purificación de nuestra mente en base a la actitud hacia los demás. Se resume en un ideal de paz donde el individuo ha de prescindir del daño o la violencia y también huir del engaño o la mentira. Ha de ser feliz con lo que tiene, no queriendo robar o codiciar lo ajeno, y además ha de concebir el sexo como un medio de desarrollo espiritual, no excediéndose en su práctica.

-Niyamas o autodisciplina. Buscamos paz y armonía en nuestro interior en base a la actitud con nosotros mismos. Promueve el desarrollo de una personalidad optimista, positiva y constructiva. El individuo debe conservar una buena higiene física y mental, donde no quepan los pensamientos ni los estados de ánimo negativos. Además debe ejercer autocontrol sobre los excesos en las pasiones o apetitos. Un buen trabajo interior debe ir acompañado también por el estudio de los textos sagrados, verdaderas fuentes de sabiduría, y entregarse y ofrecerse a la divinidad en todos sus actos.

-Asanas o posturas. En esta fase buscamos la salud física y el dominio de nuestro cuerpo. Mediante el ejercicio de las asanas obtenemos un cuerpo más fuerte y preparado, además de disfrutar de sus numerosos beneficios. En realidad, la finalidad última de las asanas es conseguir la capacidad física adecuada para dominar la postura de la meditación y poder así sostenerla el mayor tiempo posible. Con la meditación el yogui consigue equilibrar el prana a lo largo de su columna vertebral y, en consecuencia, obtener un cambio mental positivo.

-Pranayama o respiración. A través de los ejercicios de respiración se consigue controlar el prana o energía vital del organismo. A esta técnica se le denomina Pranayama, y nos permitirá con su práctica llegar a dominar la mente. La personalidad tiene que ver con la cantidad de prana almacenada en el cerebro y la mente, y según el control que ejerzamos sobre el mismo puede dotar a las palabras y los pensamientos de cierto poder e influjo en otras personas. De grandes oradores virtuosos de esta cualidad está la historia llena.

(La unión de estos dos últimos pasos, asanas y pranayama, compone lo que en Occidente se conoce como Hatha-Yoga)

-Pratyahara o abstracción de los sentidos. Se busca apartar de la mente toda percepción sensorial hasta alcanzar el perfecto dominio sobre los pensamientos y los sentidos.

-Dharana o la concentración. Esta es la técnica básica del Raja-Yoga y consiste en la fijación de la mente en un solo punto o cosa, lo que conocemos como concentración. De esta manera conseguimos que se manifieste nuestro Yo Superior.

-Dhyana o meditación. La práctica metódica y prolongada de Dharana o concentración da como resultado la meditación. Es decir, cuando la mente se fusiona con el objeto en que se concentra surge entonces el estado meditativo. Al meditar se consigue el cese de todo pensamiento y la unión con la Mente Divina por medio de la conciencia.

-Samadhi o supraconciencia. Fase en la que el yogui recibe la iluminación, tras haber practicado y superado las etapas anteriores. El individuo se hace uno con él mismo y con Dios. Es la meta final en nuestro camino espiritual, el objetivo buscado por nuestra alma. Experimentamos el despertar de la conciencia, un estado de entendimiento que lo trasciende todo. Así, el yogui pasa a formar parte de la ilustre y reducida orden de los grandes maestros.

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