San Sebastián de Garabandal, Cantabria, (España), 2015.
–Hasta San Sebastián de España.- Con estas palabras se despidió la Virgen en su última aparición en Fátima, Portugal, en el año 1917. Así lo cuenta una de las publicaciones portuguesas que se escribieron en torno a este suceso, que presumiblemente fue editado en la década de los 20 y que se cree pudiera llevar por título «Episodios maravilhosos de Fátima». Las personas que conocían esta frase pensaron que podía tratarse de San Sebastián, en Guipúzcoa, pero quedaron impresionados cuando oyeron hablar de las apariciones de Garabandal y descubrieron que el nombre completo del pueblo era en realidad San Sebastián de Garabandal. Por eso mucha gente piensa que las apariciones marianas en esta pequeña localidad de Cantabria son una continuación de las acontecidas en Fátima 44 años atrás.
Lo primero que uno advierte cuando llega a San Sebastián de Garabandal es una extraña sensación de aislamiento. En un recóndito y bellísimo lugar de la región de Cantabria, en el norte de España, a los pies de grandes montañas que parecen protegerla, se sitúa esta diminuta y humilde aldea de la que mucho se ha escrito pero de la que poco se conoce. Porque al igual que esas montañas que la rodean, siempre hubo sobre Garabandal un cerco de hermetismo que no le permitió prosperar, a pesar de tener a su favor el abundante material gráfico existente y el testimonio de miles de testigos que respaldaron con sus experiencias personales e investigaciones lo sobrenatural de lo acontecido.
Era el 18 de junio de 1961, cuatro niñas jugaban al atardecer en un rincón del pueblo conocido como «la calleja». Estaban comiendo manzanas cuando de repente una de las niñas, Conchita, quedó absorta ante la contemplación de algo extraño. La muchacha parecía haber caído como en un estado de trance. En mitad del susto y la preocupación por su amiga, las demás niñas cayeron seguidamente también. Tras la visión corrieron calle abajo hacia el pueblo y manifestaron a sus familiares y vecinos haber visto a un ángel. En los días siguientes las niñas dijeron ser testigos de la misma aparición. Pero no fue hasta el 1 de julio cuando el ángel les habló por primera vez para anunciarles que la Virgen María se les aparecería en el día de mañana. Y así fue como en el domingo 2 de julio de 1961 la Virgen se presentó supuestamente ante las niñas como Nuestra Señora del Monte Carmelo y les habló. Fue la primera entre numerosísimas apariciones que las niñas manifestaron haber presenciado entre los años 1961 y 1965, fecha en la que la entidad celestial se despidió, no sin antes dejar un importante mensaje para la humanidad.
Independientemente del asunto religioso de las apariciones, lo cierto es que los hechos ocurridos en Garabandal durante los años sesenta tienen para cualquier aficionado al misterio un interés extraordinario, porque fue mucha la fenomenología parapsicológica que allí se reportó.
Cuando las niñas eran llamadas por la Virgen y caían en éxtasis, el fuerte impacto de sus cuerpos contra el suelo provocaba un sobresalto en los vecinos de la localidad, que contemplaban con asombro cómo en ocasiones las pequeñas parecían sostenerse en el aire a unos centímetros del suelo (levitación). También contaban que ni los hombres más fornidos del pueblo eran capaces de moverlas o levantarlas pues su peso parecía haberse incrementado notablemente de manera inexplicable. Mientras quedaban en éxtasis conversando con la Virgen, los médicos e investigadores les sometían a diversas pruebas que consistían, por ejemplo, en pincharlas con agujas o alumbrar sus ojos con luces, para después comprobar desconcertados que las niñas permanecían inmutables a cualquier efecto externo. A veces incluso caminaban en pleno éxtasis, con la cabeza erguida hacia arriba, subían y bajaban de espaldas por caminos empedrados y cubiertos de barro y lo hacían en perfecta sincronía sin jamás caer o tropezar. Yo he podido comprobar personalmente esos mismos caminos y la caída está asegurada para cualquiera que lo intente. Y hablando del sincronismo con el que actuaban, en ocasiones, ellas quedaban en éxtasis por separado y al mismo tiempo, es decir, en el mismo momento exacto, en diferentes lugares y sin ningún contacto o acuerdo previo. De hecho, las niñas decían recibir simultáneamente la llamada de la Virgen que las convocaba, mientras estaban cada una en su casa o en cualquier otro sitio, y consistía en tres avisos que ellas describían como un fuerte impulso o deseo interior que las reunía después en el lugar de encuentro.
En cierta ocasión, una de las niñas, Conchita, fue llevada a la ciudad de Santander por la comisión oficial que se formó para investigar el caso. Sospechaban que la niña, al ser la mayor, manipulaba a las demás, y por eso decidieron separarlas. Pero caminando por la ciudad y frente a la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, situada en la Calle Alta 19, Conchita cayó en éxtasis ante el asombro de los transeúntes y de los investigadores que la acompañaban. En el mismo momento, a 80 kms de distancia, en San Sebastián, cayeron igualmente en éxtasis las demás niñas a quienes la Virgen les comentó que se encontraba hablando también con Conchita.
Miles de personas provenientes de España y el extranjero fueron testigos durante cuatro años de infinidad de anécdotas, hechos inexplicables, curaciones milagrosas y conversiones. Cuentan que las niñas daban a besar a la Virgen objetos personales de los testigos que alguien juntaba y les entregaba para que ella los bendijera. En ocasiones las niñas portaban muchos de estos objetos, la mayoría religiosos, lo cual hacía imposible que conocieran después su propietario. Sin embargo, ellas los ofrecían a la Virgen y después buscaban a su portador para devolvérselo sin jamás equivocarse. Cómo anécdota cabe destacar que uno de estos objetos bendecidos por la Virgen, en concreto, una medalla, fue depositada en la Luna el 20 de julio de 1969 por el astronauta americano Buzz Aldrin, a petición de una amiga de la familia que había visitado Garabandal. Otras veces la Virgen contaba a las niñas detalles personales de las personas que allí se encontraban e incluso les mandaba mensajes a través de ellas. Al pueblo llegaban muchos sacerdotes de incógnito que no vestían su sotana y las niñas les identificaban como tales, llevaran o no la vestimenta, pues la Virgen se lo decía.
Conchita González era, efectivamente, la mayor de las cuatro niñas, que en el momento de la primera aparición de la Virgen tan sólo contaba con 12 años. Quizá por eso pareció ser la elegida por la Virgen para sus manifestaciones más importantes. A ella le fueron comunicados dos mensajes transcendentales que debía dar a conocer a la humanidad y tres importantes acontecimientos que se darían en un futuro relativamente cercano: el aviso, el milagro y el castigo. Así lo contaba Conchita González para la televisión nacional británica (BBC) a principios de los años 80.
El Aviso. Será un fenómeno celestial de origen divino que todo el mundo podrá contemplar, aunque la ciencia lo explicará como un extraño o inusual evento astronómico, cómo una tormenta solar de gran magnitud, por ejemplo. Tendrá consecuencias físicas en el planeta y en cada uno de nosotros a nivel interior, en nuestra conciencia. Pero no será un fenómeno especialmente trágico ni dramático, tan sólo un aviso de que los tiempos se terminan y es necesaria la purificación.
El milagro. El aviso precederá al milagro, que acontecerá no más de un año después del aviso. Conchita conoce la fecha exacta y la dará a conocer 8 días antes de que se produzca. El milagro será el más grande prodigio hecho por Dios en la Tierra y se producirá en el mismo pueblo de Garabandal. Coincidirá con un importante acontecimiento de la Iglesia. Sucederá un jueves a las 20.30h y en ese momento los enfermos que se encuentren en el pueblo ese día sanarán y muchas personas creerán y se convertirán.
El castigo. Si después del aviso y el milagro el mundo no cambia vendrá un castigo muy grande. El castigo fue visto por las videntes en la conocida cómo «noche de los gritos», el 20 de junio de 1962. El éxtasis de aquella noche alarmó terriblemente a todo el pueblo pues las niñas corrían despavoridas de un lado a otro y sus alaridos de espanto hicieron creer a los vecinos que venía el fin del mundo. El castigo servirá para purificarnos, presumiblemente con fuego, y será una intervención directa de Dios que alcanzará a toda la humanidad. En sus locuciones con Jesús y la Virgen, Conchita afirma que le dicen que con el aviso y el milagro desearán que el mundo cambie y rectifique, que la humanidad se convierta antes de que la ira de Dios caiga sobre nosotros. Por eso, el castigo será un suceso condicionado a nuestra respuesta y se contempla la esperanza.
La famosa y terrible «noche de los gritos»
Existen algunas teorías en relación a las fechas en que se producirán estos acontecimientos. Si quieres saber una de las más interesantes, pincha aquí.
Comunión mística del ángel
Esta misma niña, Conchita, fue también protagonista de uno de los fenómenos más populares e interesantes que se reportaron en Garabandal y que ella misma denominó como «el milagruco». Lo llamó así porque, disgustada porque la gente no la creyera, la niña pidió a la Virgen un milagro que resultó para Conchita no todo lo contundente que esperaba. Cuentan que en los días que no subía a la aldea el sacerdote que pudiera oficiar la misa y la ceremonia de la Eucaristía, las niñas entraban en éxtasis y eran comulgadas por el ángel en sus visiones, pero la hostia nunca se veía físicamente. El 18 de julio de 1962, después de anunciar que la Virgen haría un milagro para convencer a los escépticos, Conchita cayó en éxtasis en una de las calles del pueblo y se preparó, como otras tantas veces, para recibir el sacramento de la comunión, que en este caso sí fue visible, y ante el asombro de la multitud, sobre la lengua de la niña apareció la hostia o Forma Consagrada. En ese instante se cuenta además que hubo curaciones milagrosas en el pueblo.
Es sabido por muchos aficionados al misterio que la región de Cantabria, y en general todo el norte de España, encierra lugares mágicos que parecen cargados de una energía especial, y a los que a mí me gusta llamar «lugares de poder». Se habla del avistamiento de seres extraños que deambulan por sus bosques o luminarias que surgen de las montañas y surcan el cielo nocturno desde la noche de los tiempos. Hay quien relaciona el fenómeno de las apariciones marianas con el también fascinante tema de la ufología. A continuación voy a contar algunas de las conexiones más interesantes que he encontrado sobre Garabandal y el tema ovni. El conocido profeta argentino Benjamin Solari Parravicini, a quien se le atribuyeron contactos con seres extraterrestres y cuyos aciertos en sus predicciones resultan impresionantes, predijo en sus famosas psicografías, a modo de dibujos y pequeñas notas, la aparición de la Virgen en España 23 años antes de que se produjeran.
“La palabra celeste llegará a una aldea de España y se le escuchará»
“Orando sobre la roca del milagro en España llegara un día la Virgen, llegará escoltada por el Ángel Gabriel; ella dará a las campesinitas la mano «
Buenos Aires, 1938.
Cuenta Conchita en su diario que en una ocasión bajaban ella y otra de las niñas de Los Pinos, el lugar donde se les aparecía la Virgen, y tuvieron el avistamiento de un objeto extraño en el cielo. Ella lo describe así:
«…bajamos Loli y yo de Los Pinos con mucha gente y vimos una cosa como fuego en las nubes que también lo vio la gente que estaba con nosotras y los que estaban ahí. Cuando pasó eso (el ovni) se nos apareció la Virgen y le preguntamos qué era aquello. Ella nos dijo: –En eso he venido yo…»
Y no fue la única vez que en el pueblo se vieron luces extrañas en el cielo. Las niñas preguntaban después a la Virgen qué eran esas «estrellas» que pasaban y que algunos vecinos del pueblo también veían, pero no había respuesta. La Virgen sólo respondió en el caso citado en el párrafo anterior. Del mismo modo, algunos testigos aseguraban ver pequeñas esferas luminosas que parecían deambular en el aire, o entre los árboles, mientras las niñas permanecían en éxtasis conversando con la aparición.
La Iglesia siempre ha contemplado el fenómeno de las apariciones marianas con extrema prudencia. En realidad, la institución no suele reconocerlas de manera oficial, sino que más bien autoriza o desautoriza el culto a la Virgen en el lugar donde se producen. Así ocurrió en Garabandal, pues aunque los hechos no fueran reconocidos por la autoridad eclesiástica como sobrenaturales, sí se autorizó el culto a la Virgen porque las prácticas que las niñas realizaban no contravenían los preceptos ceremoniales dictados por la Iglesia. Eso se dictaminó en el cuarto y último comunicado oficial del Obispado de Santander, fechado el 8 de julio de 1965. En el mismo, no sólo no se reconoce la sobrenaturalidad de los fenómenos, sino que se prohíbe la propaganda a través de publicaciones que fomenten los sucesos acontecidos, e incluso se recomienda a los fieles que se abstengan de visitar San Sebastián de Garabandal. Pero es más, en el mismo boletín, la Iglesia prohíbe expresamente a los sacerdotes de la diócesis la asistencia, participación o colaboración en cualquier acto relacionado con las supuestas apariciones de la Virgen en esta pequeña aldea de Cantabria. ¿Tuvieron algo que ver las referencias de la Virgen a la Iglesia con la actitud que ésta adoptó sobre este tema? Porque en el segundo y último mensaje que la Señora trasladó a las niñas decía: «…Los sacerdotes, obispos y cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas almas…». Sin embargo, y a pesar de la postura oficial que adoptó la Iglesia en relación a este tema, se conoce que de manera interna y en privado, el interés y la opinión del clero era más condescendiente. De hecho, y sin ir más lejos, el Papa regente de la época, Pablo VI, se pronunció sobre las apariciones de la Virgen en Garabandal de esta manera tan expresa y contradictoria: «Es la historia más hermosa de la humanidad desde el nacimiento de Cristo. Es como la segunda venida de la Santísima Virgen en la Tierra, y no hay palabras para agradecerlo». También mostraron públicamente su apoyo e interés por Garabandal otras personalidades importantes como el Padre Pío, Teresa de Calcuta o Juan Pablo II.
Segundo y último mensaje de la Virgen recibido por Conchita a través del arcángel San Miguel el 18 de junio de 1965:
«Como no se ha cumplido y no se ha dado mucho a conocer mi mensaje del 18 de octubre *, os diré que este es el último. Antes la copa se estaba llenando, ahora está rebosando. Los sacerdotes, obispos y cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas mas almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debemos evitar la ira de Dios sobre nosotros con nuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con alma sincera, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros más, pensad en la Pasión de Jesús.»
(*Se trata del mensaje que transmitió 4 años atrás donde se avisaba de un gran castigo si la humanidad no cambiaba.)
La última aparición de la Virgen en San Sebastián de Garabandal fue el 13 de noviembre de 1965. (Pincha aquí para saber más)
Excelente video resumen con fotografías y sorprendentes filmaciones en Super8 de la época.
¿Qué ocurrió realmente en esta pequeña localidad de Cantabria en la década de los 60? ¿Se apareció la Virgen María verdaderamente o fue en realidad un simple juego entre niñas como algunos dicen? ¿Es posible que unas niñas inocentes y de escasos recursos de una aislada aldea en las montañas pudieran haber ideado tal engaño? ¿Existe alguna explicación médica o científica para las visiones, trances o éxtasis que las niñas sufrían? ¿Y para las curaciones milagrosas? ¿Fue el relato de las videntes una manipulación orquestada bajo otros intereses ajenos a la verdad? ¿Fueron las niñas objeto de algún tipo de experimento humano ultra-secreto? ¿Existen entidades que desde otras dimensiones pudieran querer manipular nuestras emociones y nuestros sentidos en base a oscuras intenciones? ¿O fue el diablo disfrazado como otros aseguran?
Así es de fascinante el complejo fenómeno de las apariciones marianas, que lleva siglos y siglos produciéndose y del que existen reportes en todos los rincones del mundo. En todas las mitologías y en la cultura popular de muchas civilizaciones, desde el Paleolítico hasta la actualidad, la creencia en una divinidad maternal ha existido siempre.
Ella se manifiesta en su forma según la tradición cultural del lugar donde se aparece, es el eterno espíritu femenino de la creación que desciende de los lugares más elevados para trasladar un mensaje de luz al corazón de los hombres. El espíritu de la Madre Tierra que llama a sus hijos a rectificar en su actitud. Sus apariciones se dan normalmente en bellos enclaves naturales, al lado de fuentes o arroyos y junto a las montañas, donde reside la sabiduría ancestral de los grandes maestros, que parecen dictar desde allí el camino a seguir por los hombres. No en vano se cuenta en la Biblia que Moisés bajó de las montañas con las tablas de la ley y sus diez mandamientos. Y de hecho, la Virgen de Garabandal se presentó ante las niñas como Nuestra Señora del Monte Carmelo. Ella es la enviada espiritual que se sirve de la pureza e inocencia de sus elegidos para transmitir un mensaje simple y claro a la humanidad: que debemos vivir en conciencia de paz con nosotros mismos y con nuestro entorno.
«No hay camino para la paz, la paz es el camino». Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.
Todo está conectado.
El Hombre Cósmico 